Un día como hoy, pero de hace exactamente 115 años, un pionero filantrópico tucumano daba nacimiento a la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), una institución señera en la investigación y en el desarrollo agroindustrial de la provincia y de la región, con reconocimiento mundial.
Este sueño nació en 1909, a partir de la visión de un hombre que quería a su provincia y que sabía de la potencialidad productiva de sus tierras. De allí que muchos de sus esfuerzos estuvieron dirigidos a formar una Estación Experimental Agrícola con todas sus letras.
A principios de junio de este año el historiador Horacio Ibarreche disertó sobre la vida y obra de este prestigioso tucumano, precursor de lo que es hoy esta institución de investigación agroindustrial de gran prestigio nacional e internacional. Fue una de las iniciativas de Don Ruperto Alfredo Guzmán Méndez, filántropo tucumano, perteneciente a la floreciente “Generación del Centenario” que plasmó su sueño luego de varios años de esfuerzos y de desafíos, con el trabajo conjunto de hombres y de mujeres que pasaron por su directorio, con sus campos de experimentación y laboratorios. Debe subrayarse que cada uno de los colaboradores de este sueño se mantuvieron fieles a la visión y al esfuerzo del destacado tucumano.
Precisamente ayer en la sede de la centenaria institución celebraron este acontecimiento y reafirmaron los objetivos perseguidos por Guzmán cuando tomó esta iniciativa de apuntalar el desarrollo agrícola-ganadero de la provincia y sus industrias derivadas, mediante la investigación, los servicios y la transferencia tecnológica. Por ello, la Eeaoc ha generado diversas herramientas técnicas necesarias para un adecuado desarrollo agroindustrial de todas las actividades productivas de la provincia y de la región.
Creada el 27 de julio de 1909, es la primera en su género en el país. Su diseño incluyó aspectos innovadores para la época, debido a que se trataba de una institución estatal gestionada por los propios productores y financiada, mayoritariamente, con recursos de la producción. Esto le permitía seguir funcionando adecuadamente y atender la demanda del sector privado desde el mismo día de su fundación, sin que interesen las banderías políticas que gobiernen la provincia. Su conducción está bajo la órbita de un directorio ad honorem, cuyos son designados cada cuatro años por el Poder Ejecutivo de la Provincia.
Este año se renovó el cuerpo; y los actuales directores representan a los principales sectores productivos de Tucumán.
Este cuerpo colegiado da lineamientos de las necesidades del sector, y sobre esta base formula el presupuesto de gastos y cálculos de recursos, que eleva anualmente al Poder Ejecutivo para que lo incluya en el Presupuesto General de la Provincia. Asimismo, ejecuta los programas presupuestados y aprobados por el Gobierno dentro del marco legal.
Resultaría extenso hacer un recuento de los diferentes directorios que funcionaron durante su larga trayectoria como institución de investigación y desarrollo agroindustrial. Pero es necesario destacar que desde su inicio, con la presidencia de Don Alfredo Guzmán, hasta la actualidad -bajo la conducción de Roberto Sánchez Loria-, la Eeaoc fue dirigida por 37 directores que fueron acompañados por destacadas personalidades del sector productivo tucumano. Todas ellas trabajaron codo a codo con los muchísimos integrantes del directorio para trazar los lineamientos necesarios a los técnicos y trabajadores de la institución en pos de la producción.
Todas las directivas que se daban para el funcionamiento se apoyaban en los directores técnicos, que guiaron a todos los estamentos por el camino trazado a lo largo de 115 años de vida de la señera institución.
Su primer director técnico fue Robert Blouin; y le siguieron Arthur Rosenfeld, William Cross, Erbio Bragadín, José Ploper, Franco Fogliata, Víctor Hemsy, Nicolás Dantur, Jorge Mariotti, José Luis Foguet, Guillermo Fadda y Daniel Ploper, que continúa hoy con esa responsabilidad.
Este sueño que tuvo Don Alfredo Guzmán hace 115 años, permite al productor tucumano y de la región tener al alcance de la mano técnicos altamente capacitados, que trabajan en procura de solucionarles muchos problemas.
El hombre de campo es una persona que permanentemente busca producir de la mejor manera posible, y en forma permanente busca encontrar soluciones a imponderables que afectan su producción, como adversidades económicas, climáticas y biológicas de diversas formas. Debido a ello, necesita acceder de manera rápida y efectiva a todas las novedades tecnológicas, a las nuevas investigaciones y a los diferentes tipos de manejo productivo, que signifique hacer bien las cosas en el momento y en el lugar adecuado. Y la Eeaoc cumple esta función.
Después de 115 años de una fructífera labor, la Eeaoc continúa al lado del productor con las primordiales tareas de investigación y desarrollo agropecuario.
Cada 27 de julio los integrantes de esta entidad rinden un merecido homenaje a este notable precursor. Y no solo el sector agroindustrial debe estarle agradecido, sino toda la sociedad, por todas las demás obras que él y su esposa hicieron por esta provincia.
Este sueño de Don Alfredo Guzmán permite que todas las novedades técnicas, investigaciones, ensayos, cursos y capacitaciones lleguen al hombre de campo, para que este pueda hacer más eficiente su labor, y produzca más y mejores alimentos.